Me dicen «no solucionas nada llorando»

Me dicen «no solucionas nada llorando», pero no entienden que lloro para desahogarme, no para solucionar algo.

Soltar los nudos que nos tienen atorados y llorar de tanto y de tan poco nos ayuda a caminar más livianos por la vida. No dejemos que se nos junten penas, frustraciones, miedos o enojos, conversemos lo que sentimos con personas que sean importantes y de confianza, conversamos con quienes nos sintamos seguros y sepamos que no nos juzgarán.

O también podemos decirlo en voz alta. Ponerlo en palabras y escucharnos nos ayudará a comprender mejor lo que está pasando afuera y nuestro alrededor. Porque si hay que llorar, lloramos. Saquemos todo lo oscuro para que entre un poquito de luz a nuestro corazón.

Psicóloga Karen Klein